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Habacuc 3-19: “Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar…”. Las ciervas son animales con una extrema capacidad de permanecer sin ningún problema en los riscos más pronunciados. Incluso, no tienen miedo a desplomarse, porque fueron creadas para caminar estables en las más altas cordilleras. Lo anterior, les permite alimentarse y escabullirse de sus depredadores.
Es impresionante observar, que de una forma magistral, este pasaje escrito por el profeta Habacuc en un oscuro escenario que vivía junto a su pueblo, se ajusta significativamente en algunas personas que viven momentos oscuros hoy en día, en medio de la dificultad, la escasez, los problemas, situaciones propias de la vida cotidiana, uniéndose a la desestabilización social que descompone la vida del hombre.
Aun así, Dios no ha dejado de cuidarnos; no conforme con ello, ha diseñado y perfeccionado tus pies como de ciervas, haciéndote caminar sobre los más profundos temores, argumentos y gigantes que se quieren levantar; con el fin de afinar tu carácter, hacerte más robusto en lo espiritual y así elevarte a un nuevo nivel donde solo los de fe genuina pueden triunfar.
Unas semanas atrás, atravesé por una situación que descompuso mi atención a la paz y un sinfín de pensamientos invadieron mi mente, solo uno prevaleció e hizo un nido: “Señor, usted hace mis pies como de ciervas y sobre esta situación me haces andar”.
No pasaron muchos días, cuando vi la armonía del Señor tan perfecta en su respaldo para conmigo y mi familia. Yo deseo que tú, hoy, puedas internalizar este mensaje y si estás pasando por alguna situación que descompone tu paz, deseo que te aferres a Dios, sin mirar los escenarios que te dicen lo contrario. Mira en la profundidad espiritual que solo se obtiene con la debida demanda a la fe que el Señor nos añade. ¡Dios te bendiga!
Pra. Ysnelis Villarroel
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